Llegó el día de las elecciones. ¡Finalmente!
Esperamos un récord en número de votantes en este ciclo, con millones que ya participaron y muchos más que se presentarán a votar el Martes. Los resultados ya empezaron a tomar forma y creemos firmemente que habrá una representación sin precedentes de personas que normalmente han sido dejadas de lado en este tipo de acontecimiento político.
En concreto, nuestra realidad nos ha hecho perder mucho en este último periodo. Solamente durante el 2020, millones de nosotros hemos perdido nuestro sustento, apoyo en el cuidado de los niños, tiempo preciado con amigos y familiares, y miles de vidas en nuestras familias y comunidad en general a lo largo del camino. La mayoría ya estamos sin aliento y luchando para llegar a la recta final anhelando un momento para respirar, inciertos de cuál será el resultado, y ansiosos por el futuro que nos depara el destino. ¡Pero, gente, aquí estamos! Estamos presentes. Vamos a dar la cara y a representar.
En Mijente, hace más de un año nos propusimos hacer un trabajo arduo para este momento porque quedarnos de brazos cruzados nunca fue una opción. Desde el inicio supimos que Trump representa una amenaza significante para nuestra comunidad, por lo que era esencial que dediquemos el tiempo y esfuerzo a asegurarnos que su presidencia sólo dure un término. Deliberamos, debatimos, y tomamos decisiones de cómo enfrentarnos a la situación. Como muchos otros alrededor del país, hemos tenido que hacer sacrificios a lo largo del camino para ejecutar nuestro plan. A pesar de las pérdidas, obstáculos y tragedias durante este año devastador, logramos contactar un millón de votantes directamente y muchos millones más a través de canales digitales. Hemos trazado nuestro camino con el toque de nuestra cultura, espíritu chambero, y sazón que nos caracteriza.
Lo dijimos antes y lo diremos nuevamente. El objetivo de estas elecciones nunca fue elegir a nuestro “salvador”, sino establecer las condiciones necesarias para resolver los problemas de pobreza, cambio climático, criminalización, por nombrar algunos de los muchos temas que tenemos por resolver. Hoy, mientras cada uno de nosotros juega un rol importante y sagrado en decidir el futuro del país (ya sea tocando más puertas, preparando comida, luchando por un rol político, acompañando a los pequeños de la familia, o preguntándote qué será de nuestro país a partir de mañana) espero que recuerden que esta lucha siempre, siempre fue por nosotros. Lo que viene después depende de todos nosotros.
Todo pasa por algo. Inclusive el hecho de que nos tocó vivir en estos tiempos. Debemos recordar que nuestros ancestros lucharon ante todo tipo de adversidad, inclusive cuando las probabilidades no estaban de su lado. En estos días de caída, hay un delgado velo que divide el presente del futuro, tan delgado como el que divide nuestros miedos de nuestros sueños. Una cortina tan fina entre dos destinos opuestos. Es nuestro turno y es nuestro tiempo.
Durante las siguientes horas y días, probablemente habrán momentos en los que nos sentiremos ansiosos, en pérdida, consumados, o victoriosos. Recuerden que independientemente de lo que digan los números “oficiales”, debemos permanecer vigilantes y proteger nuestras victorias. Y no cabe duda que tendremos victorias por celebrar. Cuando tomamos acción colectiva para enfrentarnos a los obstáculos de nuestro tiempo y lugar, construimos poder. Tengan presentes los logros, avances, y las alianzas que hemos formado al trabajar en comunidad. Recuerden que todos algún día seremos ancestros y nuestro legado será un mar de posibilidades para las generaciones del futuro. Estas elecciones son una amenaza para todos nosotros. Estamos batallando por la preservación del proceso democrático, luchando a puño y garra por nuestros derechos a cada paso del camino. En nuestro núcleo, somos más poderosos cuando somos más generosos y trabajamos arduamente por el bien común.
En momentos en los que yo busco inspiración y liderazgo, me acuerdo de todos aquellos que frecuentemente son denigrados, alienados e ignorados, y a la misma vez mantienen el espíritu de lucha para salir adelante, cambiar el discurso, y darle vuelta a la historia dejándola un paso más cerca de la justicia. Por ello, estoy muy agradecida. Gracias. Nos vemos al otro lado.
Marisa Franco
Directora de Mijente